Muchas veces nos hacemos las mismas preguntas: ¿Por qué me ocurre todo lo malo a mí? ¿Qué he echo yo para merecer esto? Según muchas creencias (budismo, cristianismo, espiritismo...) todo es consecuencia del Karma.
El Karma (acción) es la ley Cósmica. Ley insuperable e invisible, causa y efecto. Esta ley deriva de nuestros actos. Cada una de las reencarnaciones que tenga nuestro Karma (alma en el Cristianismo) quedará condicionada por los actos que hayamos realizado en nuestras vidas pasadas. El Karma no solo implica las acciones físicas si no también los actos, pensamientos y palabras. Implica pagar todo el mal que hemos podido hacer en vida.
Como resultado de nuestras acciones o Karma, renacemos en este mundo impuro y contaminado y tenemos problemas y dificultades sin cesar. Esta es la razón principal por la que experimentamos sufrimiento. Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones perjudiciales en vidas pasadas. El origen de estas malas acciones son nuestras propias perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la ignorancia del aferramiento propio. Si conseguimos eliminar todos los engaños que nos hacemos a nosotros y liberarnos de todos nuestros lastres, nuestras acciones serán puras. Es decir, serán sinceras y claras. El Karma nos dice que la felicidad está en nuestra mente.
fuente: introduccionalbudismo.com y el libro del Karma y otras vidas
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