La mayoria de nosotros nada más despertarnos, aparecen en nuestra mente algunas imágenes sueltas que proceden de nuestro sueño. Si no las dejamos escapar, es posible empezar a reconstruir nuestro sueño. Para ello deberemos acostumbrarnos a despertarnos sosegadamente, es decir, sin sobresaltos o prisas a ser posible. Procuraremos vivir nuestro despertar de una forma apacible para que podamos captar y memorizar todas las imágenes que acudan a nuestra mente. Normalmente estas imágenes se desvanecen rápidamente cuando nos levantamos de la cama. Debemos poner atención para intentar recordarlos espontáneamente. Observa con cuidado los siguientes aspectos;
-los acontecimientos que ocurren en el sueño
-los personajes (también podemos ser nosotros mismos)
-la visión de las cosas que tiene el personaje central (a menudo es el durmiente)
Cada sueño tiene su atmósfera peculiar, a veces alegre y a veces triste. Esta atmósfera envuelve la escena del sueño. Sería el clima. También los sueños tienen su carácter ¿Te da sensación de tranquilidad, honestidad o limpieza? ¿O, por el contrario, turbulencia, agobio...? Aunque no recordemos el sueño al 100% lo que si es cierto es que siempre sabemos si nos ha regalado la huella de una situación placentera o por el contrario con a proporcionado angustia. La atmósfera representa nuestra vida psíquica, y nos advierte de como están nuestros pensamientos entre otras cosas.
Os recomiendo que prestéis atención a los detalles llamativos como las formas, colores y matices en general.
Para ayudar a reconstruir nuestros sueños es recomendable tener un folio o libreta con un bolígrafo o lápiz para anotar nuestro sueño nada más despertarnos. El llevar esta especie de diario de sueños, hacemos crecer nuestra mente y analizarla con más detenimiento. No es fácil evocar nuestros sueños a la perfección, no todos tenemos esa habilidad. Por ejemplo, las personas de mentalidad lógica, tienen menores posibilidades de recordar sus sueños al 100%, en cambio las personas más intuitivas o espontáneas tienen más facilidad para hacerlo.
Tampoco todos los sueños se dejan captar de la misma manera. Hay sueños que no nos despiertan en absoluto nuestra atención, otros son tan vívidos que nos dejan una impresión muy fuerte.
Los factores que hacen que no recordemos nuestros sueños son en primer lugar los psicológicos;
-No tomarlos en serio
-Negar el sentido a la interpretación de nuestros sueños
-Dejarnos intimidad por acontecimientos que no entendemos de nuestros sueños
-Tener miedo a soñar
En segundo lugar tenemos los factores físicos o externos
-Ver la televisión o escuchar la radio antes de irse a dormir (recibimos demasiada información y nuestro cerebro se poner en alerta en vez de estar relajado)
-Consumo de calmantes, barbitúricos (reducen la duración de la fase onírica e impiden que los sueños se recuerden con exactitud)
-Incomodidad en la cama o dormitorio
-Comer demasiado antes de ir a dormir (esto es lo que os comenté que también podría producir pesadillas)
Las posturas son muy importantes (en una entrada más antigua os hablé de ellas)
En definitiva el hombre siempre ha tenido la necesidad de interpretar sus sueños y por ello deben ser recordados. No hay que darles un exceso de atención, pero tampoco debemos ignorarlos. Muchas veces nos advierten de nuestra salud, tanto física como psíquica, de nuestro mundo exterior...
Espero que tengáis suerte y podáis recordar siempre vuestros sueños, sobretodo los que os hacen sentir bien.
fuente; Los sueños (Julia Urteaga)
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