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domingo, 5 de octubre de 2014

Los orígenes de la astrología

Hace mucho tiempo el sistema adivinatorio más satisfactorio desde el punto de vista intelectual era la astrología, ya que proponía una visión holística del universo donde la Tierra ocupaba el lugar central.
Una especie de maquinaria de relojería colosal hacía girar estrellas y planetas en sus órbitas en torno al mundo de los humanos por rutas predestinadas e infalibles. Mediante una intensa concentración mental, el astrólogo podría deducir a través de reglas matemáticas el orden del universo, extrapolando no sólo los movimientos de las estrellas, sino también la gran influencia que supuestamente ejercían en el mundo sublunar.

Los orígenes de la astrología se remontan a Babilonia, la primera civilización que otorgó al estudio de los cielos los atributos de una ciencia seria.
Antigua ciudad de Babilonia
Desde un principio se estableció una conexión entre los sucesos de la Tierra y los del cielo; de echo, los sacerdotes contemplaban el cielo en busca de presagios. Ha llegado hasta nuestros días una colección conocida como Enuma Anu Enlil que consta de más de siete mil comentarios escritos en unas tablillas halladas en Nívine en la excavación de la biblioteca del rey asirio Asurbanipal.
rey asirio Asurbanipal
tablillas encontradas en Nívine

Esta colección de tablillas revela que la civilización babilónica seguía de cerca fenómenos como las aureolas lunares, eclipses e incluso las primeras apariciones de los planetas, considerando que esos signos indicaban buena o mala suerte para el Estado, y especialmente para la familia real, que al parecer era la mecenas fundamental de los adivinos.
Durante la antigüedad la reputación de los astrólogos babilónicos se extendió por todos los confines de Oriente Medio. Ellos eran los "caldeos" que aparecen mencionados en la Biblia, cuyo nombre acabó convirtiéndose en sinónimo de ver las estrellas. También fueron ellos los primeros en descubrir el curso de la eclípica, el camino que sigue el sol por las estrellas fijas en el transcurso de un año, tal como se observa desde la Tierra. Este descubrimiento sentó los cimientos de la astrología.

Fuente; Tony Allan

En otras entradas os hablaré más sobre la maravillosa historia de la astrología. ¡Un saludo!



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