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domingo, 19 de octubre de 2014

Las brujas de Salem



Pueblo de Salem en la época


Esta historia comienza a finales del año 1692 en el pueblo de Salem (en el estado estadounidense de Massachusetts) cuando un reverendo proveniente de las Antillas, Samuel Parris, se instala junto a su hija Elizabeth de nueve años y su sobrina Abigail de doce años.
Junto a ellos también llegó Tituba, la esclava negra de la familia Parris (por aquel entonces era muy habitual que las familias adineradas tuvieran esclavas y esclavos negros). Tituba tenía raíces antillanas y por ello practicaba una serie de ritos como el vudú y la lectura de la suerte con yemas de huevo.
El señor Parris no veía nada de malo en que su esclava cuidara de su hija Elizabeth y de su sobrina Abigail, ya que él no estaba al tanto de las prácticas que Tituba llevaba a cabo y que por aquel entonces estaban condenadas por la Iglesia Católica.

Hasta aquí todo fue normal, pero de pronto (en base a los escritos que se han conseguido de la época) las niñas empezaron a tener actitudes extrañas; empezaban a llorar sin motivo aparente o se ponían a cuatro patas y ladraban como los perros.
Estos fenómenos empezaron a contaminar también a las amigas de las niñas. Una de ellas, Ann Putman, aseguró a sus familiares que había peleado con una bruja porque ésta la quería decapitar.

William Griggs, el médico de Salem, fue llamado para que examinara a las niñas, ya que no se encontraba una explicación lógica en ese momento. El doctor, al no encontrar nada en ninguna de las pequeñas y al no tener una respuesta para sus conductas, determinó que se trataba de brujería.
 
El reverendo, padre y tío de las niñas, el señor Parris, empezó a investigar y destapó las actividades a las que se dedicaba su esclava Tituba. Atando cabos supo que las niñas estaban presentes en esos rituales y demás. Incluso llegó a la curiosa conclusión que el marido de la esclava elaboraba un pastel de brujas (pasteles que producían efectos alucinógenos) que estaba hecho de harina de centeno y orina de niño.

A partir de aquí empieza la historia más oscura de SALEM, la caza de brujas.

Elizabeht, Abigail y sus amigas entraron en pánico y aseguraron que no sólo Tituba las había embrujado, sino que también Sarah Good. Esta era una indigente, que según las informaciones, tenía problemas mentales. También acusaron a Sarah Osborne, una inválida que convivía con un hombre sin estar casada, algo que para la época era pecaminoso.
 Todo esto provocó histeria entre la población, por lo que se realizó una audiencia en marzo de 1693 en donde Tituba confesó que efectivamente era una bruja y que a raíz de un embrujo suyo, un espectro maligno había atacado con un cuchillo a Ann Putman (amiga de las niñas).
Añadió además que ella era solo una de las tantas brujas del pueblo y que un hombre alto procedente de Boston le había enseñado un libro en donde figuraban todas las brujas de la colonia de Salem. Así comenzó en Salem la cacería de brujas
Cabe decir que en estos juicios se daba por sentado que existían los fantasmas y los espíritus malignos, entre ellos el demonio. 
El grupo de niñas, que fueron el origen de toda esta histeria, fueron las que a menudo iban señalando y acusando a las supuestas brujas.
Ann Putman (amiga de las niñas) y su madre acusaron de infanticidio a Rebecca Nurse, una mujer de 71 años. Susanna Martin, fue acusada de embrujar los bueyes de su vecino a raíz de una riña entre ambos… El pueblo empezó a denunciarse entre sí, algunos por pánico y otros simplemente por fastidiar a su “enemigo”.


Ilustración de una de las niñas durante el juicio. Foto Google
¿Y cómo hacían las niñas que los demás les creyeran?
En varias ocasiones las niñas al ver a una bruja o a alguien que tuviera algún pacto maligno, se quedaban mudas, paralizadas e incluso hasta se tiraban al suelo y se retorcían. Era tal el espectáculo que formaban estas niñas, que sus acusaciones de inmediato eran creídas.

Comenzaron a existir tantas personas, especialmente mujeres, acusadas de brujería que se debió crear un tribunal especial que se concentraba en esta caza de brujas y que fue presidido por el juez William Stoughton, un hombre extremadamente religioso y que no tuvo ningún problema en sentenciar a quienes era acusados de realizar prácticas malévolas.
El reverendo George Burroughs, antiguo ministro del pueblo, fue señalado como jefe de las brujas y el capitán John Alden fue identificado como el hombre alto de Boston que había enseñado el libro donde figuraba el nombre de todas las brujas de Salem a Tituba. El reverendo Burroughs fue ahorcado el 19 de agosto y a Giles Cory de 80 años que se negó a declarar sobre este caso, fue emparedado vivo como castigo. Como solo se ejecutaba a quienes no confesaban Tituba se salvo y luego fue vendida por los Parris a otra familia.

En 7 meses fueron ejecutados 7 hombres, 13 mujeres, se arresto a 200 personas y 200 mas ya habían sido acusadas por las niñas Parris. Ninguna de las víctimas fue quemada en la hoguera como se cree en la actualidad. 4 años después de los juicios de Salem los jurados firmaron una confesión de error y suplicaron clemencia. 
Ann Putman, la famosa amiga de las niñas Parris, dijo 14 años más tarde que había obrado engañada por Satanás. Más tarde, el gobernador William Phips, perdonó a todos los sospechosos de brujería que aun no habían sido ejecutados, 18 meses después de iniciada la feroz cacería.

Por más espeluznante que parezca, actualmente el lugar que fue Salem recibe miles de visitas años tras años, incluso es considerado un lugar turístico, especialmente en estas fechas cercanas a Halloween.
Museo de las brujas de SALEM


Casa de Jonathan Corwin, uno de los magistrados que se encargo de llevar la instrucción del juicio de las brujas. Es la única vivienda que sobrevive de aquella época, fue probablemente construida en la década de 1660. Hoy es un museo de la ciudad  de Salem.

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