Pueblo de Salem en la época |
Esta historia
comienza a finales del año 1692 en el pueblo de Salem (en el estado estadounidense
de Massachusetts) cuando un reverendo proveniente de las Antillas, Samuel
Parris, se instala junto a su hija Elizabeth de nueve
años y su sobrina Abigail de doce años.
Junto a ellos también llegó Tituba, la esclava negra de la
familia Parris (por aquel entonces era muy habitual que las familias adineradas
tuvieran esclavas y esclavos negros). Tituba tenía raíces antillanas y por ello
practicaba una serie de ritos como el vudú y la lectura de la suerte con
yemas de huevo.
El señor Parris no veía nada de malo en que su esclava
cuidara de su hija Elizabeth y de su sobrina Abigail, ya que él no estaba al
tanto de las prácticas que Tituba llevaba a cabo y que por aquel entonces estaban
condenadas por la Iglesia Católica.
Hasta aquí todo fue normal, pero de pronto (en base a los
escritos que se han conseguido de la época) las niñas empezaron a tener actitudes
extrañas; empezaban a llorar sin motivo aparente o se ponían a cuatro patas y
ladraban como los perros.
Estos fenómenos empezaron a contaminar también a las amigas
de las niñas. Una de ellas, Ann Putman, aseguró a sus familiares que había
peleado con una bruja porque ésta la quería decapitar.
William Griggs, el médico de Salem, fue llamado para que
examinara a las niñas, ya que no se encontraba una explicación lógica en ese
momento. El doctor, al no encontrar nada en ninguna de las pequeñas y
al no tener una respuesta para sus conductas, determinó que se trataba de
brujería.
El reverendo, padre y tío de las niñas, el señor Parris,
empezó a investigar y destapó las actividades a las que se dedicaba su esclava
Tituba. Atando cabos supo que las niñas estaban presentes en esos
rituales y demás. Incluso llegó a la curiosa conclusión que el marido de la
esclava elaboraba un pastel de brujas (pasteles que producían efectos
alucinógenos) que estaba hecho de harina de centeno y orina de niño.
A partir de aquí empieza la historia más oscura de SALEM, la
caza de brujas.
Elizabeht, Abigail y sus amigas entraron en pánico y
aseguraron que no sólo Tituba las había embrujado, sino que también Sarah Good.
Esta era una indigente, que según las informaciones, tenía problemas mentales.
También acusaron a Sarah Osborne, una inválida que convivía con un hombre sin estar
casada, algo que para la época era pecaminoso.
Todo esto provocó histeria entre la población, por lo que se
realizó una audiencia en marzo de 1693 en donde Tituba confesó que
efectivamente era una bruja y que a raíz de un embrujo suyo, un espectro maligno
había atacado con un cuchillo a Ann Putman (amiga de las niñas).
Añadió
además que ella era solo una de las tantas brujas del pueblo y que un hombre
alto procedente de Boston le había enseñado un libro en donde figuraban todas las brujas
de la colonia de Salem. Así comenzó en Salem la cacería de brujas.
Cabe decir que en
estos juicios se daba por sentado que existían los fantasmas y los espíritus
malignos, entre ellos el demonio.
El grupo de niñas, que fueron el origen de
toda esta histeria, fueron las que a menudo iban señalando y acusando a las
supuestas brujas.
Ann Putman
(amiga de las niñas) y su madre acusaron de infanticidio a Rebecca Nurse, una mujer
de 71 años. Susanna Martin, fue acusada de embrujar los bueyes de su vecino a
raíz de una riña entre ambos… El pueblo empezó a denunciarse entre sí, algunos
por pánico y otros simplemente por fastidiar a su “enemigo”.
Ilustración de una de las niñas durante el juicio. Foto Google |
¿Y cómo hacían las niñas que los demás les creyeran?
En
varias ocasiones las niñas al ver a una bruja o a alguien que tuviera algún
pacto maligno, se quedaban mudas, paralizadas e incluso hasta se tiraban al suelo
y se retorcían. Era tal el espectáculo que formaban estas niñas, que sus
acusaciones de inmediato eran creídas.
Comenzaron a existir tantas personas, especialmente mujeres,
acusadas de brujería que se debió crear un tribunal especial que se concentraba
en esta caza de brujas y que fue presidido por el juez William Stoughton, un
hombre extremadamente religioso y que no tuvo ningún problema en sentenciar a
quienes era acusados de realizar prácticas malévolas.
El reverendo
George Burroughs, antiguo ministro del pueblo, fue señalado como jefe de las
brujas y el capitán John Alden fue identificado como el hombre alto de Boston
que había enseñado el libro donde figuraba el nombre de todas las brujas de
Salem a Tituba. El reverendo Burroughs fue ahorcado el 19 de agosto y a Giles
Cory de 80 años que se negó a declarar sobre este caso, fue emparedado vivo
como castigo. Como solo se ejecutaba a quienes no confesaban Tituba se salvo y
luego fue vendida por los Parris a otra familia.
En 7 meses
fueron ejecutados 7 hombres, 13 mujeres, se arresto a 200 personas y 200 mas ya
habían sido acusadas por las niñas Parris. Ninguna de las víctimas fue quemada
en la hoguera como se cree en la actualidad. 4 años después de los juicios de
Salem los jurados firmaron una confesión de error y suplicaron clemencia.
Ann
Putman, la famosa amiga de las niñas Parris, dijo 14 años más tarde que había
obrado engañada por Satanás. Más tarde, el gobernador William Phips, perdonó a
todos los sospechosos de brujería que aun no habían sido ejecutados, 18 meses
después de iniciada la feroz cacería.
Por más espeluznante que parezca, actualmente el lugar que fue Salem recibe miles de visitas años tras años, incluso es considerado un lugar turístico, especialmente en estas fechas cercanas a Halloween.
Museo de las brujas de SALEM |
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