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Desde los inicios de
la humanidad, el hombre tuvo que defenderse contra la oscuridad. En la
oscuridad, habitaba lo desconocido, lo que a veces se oía y en cambio otras
veces no se percibía. Para que un ritual
con vela o velón nos funcione, debemos entender cuál fue el origen de las velas y conocer su magia.
La vela actualmente ha recuperado su protagonismo,
habiéndolo perdido cuando llegó la electricidad y nadie necesitaba de su
alumbramiento. Pero las velas son mucho más que un elemento decorativo o una pequeña luz que ambienta una estancia.
Las velas son pura magia y por eso no concibo ritual sin ellas.
El origen de las
velas, es cuanto menos curioso. Debemos imaginarnos a los primeros hombres primitivos que
habitaron nuestro mundo, dentro de sus cuevas. En ellas se protegían de la
noche y de los peligros que esta traía. En las famosas cuevas de Altamira se encuentran numerosos dibujos de aquellos primeros hombres. Imaginemos a ese hombre o
mujer, hechiceros o artistas, pintando dentro de esa cueva. Ya en sí, pintar en
aquellos inicios, era un ritual. De un pensamiento
mágico se inició un grabado realizado con una punta de piedra. Más tarde,
dibujaron el contorno del grabado, con carbón
vegetal y completaron la obra pintando con una gamuza animal impregnada en óxido
de hierro. No cabe decir que aquel hombre
primitivo de aquel tiempo tan lejano, escrudiñó en sus conocimientos y
realizó un ritual para pintar en aquella cueva. Una cueva dónde no entraba la
luz del sol, dónde el hombre aprendió a iluminarse.
prehistoaldia |
Se desconoce con exactitud, si después de terminar la obra,
los demás miembros de la tribu
acudían con sus lámparas de tuétano
grasientas a celebrar, ante aquellas obras de arte con significados
mágicos, algún tipo de ritual. Se piensa que así sucedía, ya que los elementos
del escenario estaban servidos para el acontecimiento.
Para aquellos hombres
primitivos, el fuego no solo iluminaba, si no que fue el elemento mágico
que aprendió a manejar. El fuego curaba y mataba, cicatrizaba una herida y ahuyentaba a los peligros de la noche. Por
las noches, ya con el poder de la luz
del fuego, los miembros de una tribu, se reunían alrededor de la hoguera
para buscar en la danza de las llamas, los signos mágicos que tanto querían
encontrar.
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El hombre al principio para iluminarse, usó palos y teas de madera con resina. Esas
teas, estaban hechas de estopa y resina que alimentaban con grasa. Más tarde, los griegos utilizarían lámparas de
aceite. Muchos arqueólogos han encontrado utensilios hechos de arcilla cocida al sol, que sirvieron
como receptáculo para contener grasas, betunes y otros materiales que formaron
parte de las primeras lámparas.
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Los asirios y los
egipcios idearon aparatos de iluminación. Hay que destacar, que dentro de
las mismísimas pirámides de Gaza,
llegaron a realizarse numerosos ritos de
iniciación. Estos necesitaban una buena iluminación, pero muy determinada
para que no ensuciase los dibujos de las paredes y los techos. En la Grecia antigua el alumbrado era con
antorchas de madera recubiertas de un baño de pez o impregnadas en aceite.
El alumbrado público
más antiguo que se conoce es el de las calles donde se hallaban los burdeles de Atenas, curiosamente,
siglos después también los romanos sólo iluminaban en Roma las casas de
prostitutas.
La iluminación era algo que tenía que correr por cuenta
propia, y no era fácil desplazarse por las calles de las antiguas ciudades sin
ningún tipo de luz.
Las primeras velas
La vela, recibía el nombre de “cereus”. Este nombre, entre otros, se designaba a velas o cirios de cera, sebo o pez con
mecha de fibras vegetales como papiro, junco o estopa. Pero la vela o el cirio empiezan
a tener no sólo la utilidad de iluminar durante la noche, sino también un sentido mágico, místico y religioso.
Quizás todo empezó con la veneración a los santos y Dioses. Poco a poco, las velas se
hicieron con cada hogar, con cada altar y con cada persona que deseaba hacer una petición. Actualmente la vela artesanal, por norma general, se
compone de cera de abeja y su color real
es el amarillento, aunque tratadas pueden tener diferentes colores.
La importancia de
los rituales con velas
foto Los Hilos de Plata |
Como os expliqué hace poco, cuando encendemos una vela, una milésima parte del universo se altera.
Esa vela es fuego, es energía. Hay
infinidad de rituales, me aventuro a decir que hay rituales para todo, pero recordar que contra más natural sea la
vela y menos alterada químicamente esté, mejor cumplirá su función. Cuando hacemos un ritual, no sirve con
encender la vela e irnos. Debemos relajarnos, concentrarnos en la vela y en
lo que deseamos pedir. Siempre debemos
pagar por lo que pedimos, en el caso de las velas también. Deberemos hacer una ofrenda cada vez que
llevamos a cabo un ritual. Por ejemplo, cuando acabe un ritual se puede poner
una vela blanca y decir en voz alta; yo
ofrezco esta vela en gratitud al ritual que he hecho. Así es y así será hasta
que se consuma por completo.
Os puede parecer una tontería pero no es así. La vela “siente”. Siente nuestra energía, nuestras intenciones y
nuestros temores. Por eso debemos saber lo que pedimos y cómo lo pedimos.
ritual de Los Hilos de Plata |
Si os queréis informar sobre los rituales con velas y velones que hacemos, poneros en contacto con nosotros. Todas las velas que
utilizamos son artesanales. Encontraréis velas artesanales con oraciones para el amor, la salud, el trabajo, la negatividad... Hasta rituales con velones para la salud, los estudios, los negocios...
3 comentarios:
Que explicación más acertada y esclarecedora. Gracias!
La verdad es que es una historia muy interesante. Cuesta mucho encontrar información sobre las velas, pero una vez más las bibliotecas están llenas de buenos libros y artículos. Me alegro de que te haya servido. Gracias a tí!
He votado en la encuesta que los artículos que más me interesan son las historias, y este lo ratifica. Muy interesante la verdad, desde los principios donde los humanos aprendieron a usar el fuego, hasta que poco a poco el fuego se usó para iluminar los burdeles en la antigua Grecia y Roma.
Las velas creo que han recobrado su sentido más místico, y más romántico, si se me permite la palabra.
Genial el artículo!
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